Partimos
de todo en frio, agua en abundancia, una hoja de laurel, un par de ajos, una
cebolla rayada, una cucharilla de pimentón, un tomate rayado, una morcilla y
las habichuelas previamente tenidas en agua durante la noche anterior.
A
fuego lento desde el principio dejamos estofar con la tapa de la cacerola
puesta durante una hora y media, controlando que el nivel de agua no disminuya para
que no se queden secas.
Por
otro lado preparamos y estiramos en una silicona de horno un par de morcillas,
y las metemos al horno durante 10 minutos a 220º, sacamos y damos la vuelta con
una espátula, controlamos hasta dejar las morcillas estiradas y crujientes.
Presentamos
en un plato adornándolo con los crujientes y una hojas de perejil
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