Vamos
hacer una bechamel con un poquito de mantequilla, unos 100 gramos, que
colocaremos en un cazo a fuego flojo, tendremos cortada, o casi rayada una
cebolleta tierna, que pocharemos con esa mantequilla, cuando este casi
transparente, añadiremos la harina, 3 cucharadas soperas, cocinaremos por un tiempo
suficiente para que la harina se haga. Vamos añadiendo la leche, casi un litro
nos hará falta, y sin dejar de remover la varilla, cocinamos por un tiempo de
20 minutos, añadiendo la leche a poquitos hasta conseguir una masa densa,
rectificamos de sal, pimienta y yo le pongo una pizca de nuez moscada.
En
este momento añadimos los chorizos fritos y troceados, seguimos removiendo
hasta que la textura y consistencia de la bechamel la tengamos a nuestro gusto.
En
una fuente de cristal, aceitada por todos los sitios para evitar que se pegue o
haga una costra, colocamos la masa y dejamos enfriar de un día para otro en la
nevera.
Y
a freír las croquetas como más nos gusten, pan rallado, huevo y pan rallado de
nuevo, por ejemplo.
El
sabor de estas croquetas es muy especial. Su intenso aroma a chorizo nos
recordará siempre a nuestra tierra. Opciones cambiamos estos chorizos por
cualquiera de la tierra de donde somos.
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