Vamos
hacer una bechamel con un poquito de mantequilla, unos 100 gramos, que
colocaremos en un cazo a fuego flojo, tendremos cortada, o casi rayada una
cebolleta tierna, que pocharemos con esa mantequilla, cuando este casi transparente,
añadiremos unos 200 gramos de jamón serrano picado y el pollo, que nos habrá
sobrado de un cocido, de un caldo, o de cualquier otra comida, otros 100 gramos
igualmente picado. Cocinaremos lentamente hasta dorar el jamón y el pollo, en
ese momento añadimos las harina, unos 100 gramos, 3 ó 4 cucharas soperas,
cocinamos para que la harina no sepa a harina, vamos añadiendo la leche, casi
un litro nos hará falta, y sin dejar de remover la varilla, cocinamos por un
tiempo de 20 minutos, añadiendo la leche a poquitos hasta conseguir una masa
densa, rectificamos de sal, pimienta y yo le pongo una pizca de nuez moscada.
En
una fuente de cristal, aceitada por todos los sitios para que la masa no cree
costra o se pegue, colocamos la masa, y dejamos enfriar de un día para otro en
la nevera.
Para
hacer las croquetas, hay muchos procedimientos, harina, huevo, y pan rallado. Pan
rallado, huevo y pan rallado. Pan rallado y huevo. Huevo y pan rallado.
Yo
lo hago de esta forma: con dos cucharas soperas, que es una buena medida de
tamaño de croquetas, las voy envolviendo sobre cada una de las cucharas hasta
dejar una forma que a mí me guste. Las paso por pan rallado y las reservo en un
papel de aluminio. Cuando las tengo todas, preparo 3 huevos a los que habré
separado la clara de la yema, y bato las claras hasta el punto de nieve,
añadiendo en ese momento las yemas y termino de batir, entonces paso las
croquetas empanadas por este huevo batido, y luego nueva mente por pan rallado.
Consejo,
las prisas en esta receta no valen. Lo importante es la bechamel, paciencia y
movimiento, más vale 25 minutos que 20 cocinando la harina con la leche, es el
mejor secreto, más que el sabor.
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