viernes, 31 de octubre de 2014

Lentejas con arroz



Este plato tan típico en la cocina española, es solo un recurso antiguo de los tiempos donde había que apurar la comida y estirarla lo más posible.
Es tan fácil de hacer que muchas personas me lo han dicho, pero la juventud no llega a comprender que esta comida no es un diseño actual, sino una comida  de aprovechamientos.
Para cuatro personas, hicimos el día de ayer unas lentejas típicas con chorizo, utilizamos 500 gramos de lentejas, en este caso pardina, 4 zanahorias, una cebolla que rallaremos, dos tomates, que igualmente rallaremos su carne, 2 hojas de laurel, dos ajos, una cucharada de café de pimentón dulce, 4 cucharadas de AOVE, una patata grande y un chorizo por persona, de esos caseros sabrosos, sal y pimienta al gusto. El arroz lo veremos luego y que cantidades.
Todo en frio en una cazuela, colocamos todos los ingredientes menos el chorizo, cocemos durante 2 horas a fuego muy lento, flojito, manso, como diría un intimo amigo cocinero. Es más, yo lo apago cada media hora 5 minutos y lo vuelve a encender el fuego. Cuando tengamos las lentejas bien cocidas, y el punto nos lo dará la zanahoria, que se deshace en una cuchara, añadimos los chorizos que ya tendremos fritos y escurridos de grasa. Cocinamos por 10 minutos más para mezclar todos los sabores. Rectificamos en su caso de sal y pimienta. Y a servir.
Ahora veremos que estas lentejas para 4 personas ese día solo vinieron dos a comer, vaya!!, nos sobraron unas pocas, casi dos raciones. Pues vamos a preparar un caldo de verduras con dos zanahorias, dos puerros y dos judías verdes, nada, lo que tengamos por ahí. Vale una pastilla de esas de caldo de verdura. Cocemos, rectificamos de sal y se lo añadimos a esas lentejas del día anterior, o que congelamos la semana pasada.
Cuando este hirviendo le ponemos un puñado de arroz por persona, cocinamos por 15 minutos a fuego medio y dejamos reposar 5 minutos con e l fuego ya apagado.

Y a servir y disfrutar.

miércoles, 29 de octubre de 2014

Pisto manchego con yema de huevo



Esta receta es la típica del pisto manchego con su tomate, cebolla y pimientos. Pero creo que le he puesto un punto de altura a este clásico.
Para 4 personas, 2 kilos de tomates ya maduros, 4 pimientos rojos de esos cascudos, con carne, vaya, y dos buenas cebollas, si son de esas dulces de Figueras mejor. 4 yemas de huevo, sal, 4 cucharas de AOVE, 4 cucharadas soperas de azúcar.
Hemos asado los pimientos al horno, durante 1 hora a unos 160 grados, con unas gotas de aceite. Una vez asados, los hemos limpiado de pepitas y de piel, y recortamos con los dedos a tiras y reservamos, con todos sus jugos.
Por otro lado, en una sartén, con dos cucharadas de AOVE, freímos los tomates a fuego medio, a los que antes le hemos quitado la piel, con cualquiera de los procedimientos conocidos, con un cuchillo, puntilla, o bien escaldados en agua, sobre un minuto y luego al agua helada con dos cortes en el culo en cruz, se pelan de maravilla. Como los tiempos de cocción del tomate y la cebolla para mí son distintos, en otra sartén, y con otras dos cucharadas de AOVE, pochamos las cebollas, cortadas en juliana, a fuego muy flojo, a unos 80 grados máximo, que se cuezan en su propios jugos, sin sal ninguna, tenemos que dejarla transparente sin que lleguen a dorarse.
Por partes, tenemos la cebolla ya pochada, los pimientos reservados en tiras con sus jugos, y el tomate terminando de hacerse. Lo probamos, veremos que tiene un punto de acidez, salamos, y le añadimos las cucharadas de azúcar, seguimos cocinándolo añadiendo en este momento los pimientos y la cebolla. Cocinamos por 15 minutos más, probamos de nuevo, nos tiene que saber a un punto dulce, nunca ácido.

Presentamos en un plato y le añadimos en ese momento la yema de un huevo, ojo solo la yema, sin la clara, se cocinará lo justo con el calor del pisto, le añadimos una sal negra mineral. Le da ese punto que a muchos nos gusta en la yema.

lunes, 27 de octubre de 2014

Judiones blancos con Almejas y Gambón



Para cuatro personas hemos utilizados 250 gramos de judiones de la granja, servidos por la Despensa de San Lorenzo, 200 gramos de almeja grande sin llegar a ser la típica de Carril, una docena de gambón rojo, un fumet de pescado y marisco, una zanahoria, un tomate rallado, la ralladura de media cebolla, dos hojas de laurel y dos ajos.
Por un lado hemos preparado el fumet de pescado y marisco con las espinas de un pescado que tenia congeladas, en este caso eran de unas doradas, pero cualquier pescado vale, el rape por ejemplo, y las pieles y casi todas las cabezas del gambón, digo casi todas porque reserve una cabeza por plato a servir.
En una cazuela con agua coloqué los judiones ya hinchados de agua de la noche anterior, la ralladura de cebolla, la ralladura de un tomate, las dos hojas de laurel, y los dos ajos. Cubrir de agua y a cocer por espacio de una hora y media. A fuego medio siempre. Una vez que los judiones los tenemos cocidos, probándolos y que estén en su punto de cocción, añadimos el fumet de pescado y marisco, sacamos los dos ajos y las dos hojas de laurel, cocinamos por media hora más. Rectificamos en su caso de sal. Añadimos en este momento las colas del gambón y las almejas, cocinamos por espacio de 5 minutos hasta que las almejas se abran y servimos.
Adornamos con las cabezas del gambón colocándolas en cada uno de los platos de pie.

Adornamos con unos pimientos de maceta bien rojos.

viernes, 10 de octubre de 2014

Alubias negras con chorizo




Un plato de cuchara y legumbre a la semana debería ser obligatorio en la cocina.
En esta receta hemos utilizado una legumbre, que yo la adoro, la judía negra, habichuela de Tolosa, la alubia pequeña, carnosa, de piel fina y delicada que su sola cocción nos deja un caldo trabado por si sola.
Para 4 personas 350 gramos, 4 chorizos típicos de la tierra de cada uno, 150 gramos de panceta ahumada, dos patatas medianas, un tomate natural, una cebolla mediana, una hoja de laurel, una cucharada de pimentón, yo dulce, sal y dos cucharadas de aceite AOVE.
En una cazuela pondremos la noche anterior las alubias a remojo cubriendo de agua la cazuela,
Escurrimos ese agua y pondremos agua nueva con las alubias, una hoja de laurel, el chorizo y la panceta. Cocinaremos a fuego lento, no menos de dos horas.
En una sartén con las dos cucharadas de AOVE, prepararemos un sofrito con el tomate y la cebolla ralladas, a las que añadiremos al final una cucharada del pimentón deseado. Todo este sofrito se lo ponemos a la cazuela a partir de esas dos horas de cocción, y dejamos cocinar una media hora más, rectificamos de sal. Y servimos.
En cada plato podremos cortar el chorizo en rodajas o servirlo entero, y podemos acompañar con unas guindillitas algo picantes, le dan un toque alegre y ayuda a la digestión.

miércoles, 8 de octubre de 2014

Receta Quiche de panceta ahumada (Bacon), jamón york, setas y quesos varios


Este pastel, tarta o como queramos traducir la palabra  francesa, proviene del vocablo Küchen en el dialecto lorenés, la hemos preparado con pasta quebrada, y para 4 personas hemos utilizado 200 gramos da bacon, 200 gramos de jamón de york, 150 gramos de setas u hongos que nos gusten, 4 huevos, 250 cc de nata líquida, 150 gramos de mozzarella y 150 gramos de quesos varios como cheddar, roquefort, manchegos,  al gusto.
Lo primero que hemos hecho es hornear la masa quebrada colocándola en el molde sin quitar el papel que ya llevan, con la precaución de los bordes de la masa superen los laterales del molde para que no se vengan a dentro. La pinchamos con un tenedor para que no se abombe. Tiempo 15 minutos y temperatura 180 grados. Siempre aproximado según los fabricantes. Esto lo hacemos porque si pusiéramos todos los ingredientes antes nos saldría una masa blanda. Así tendremos un crujiente como base. 

Vamos con los ingredientes: en una sartén con dos cucharadas de aceite salteamos el bacon, el jamón de york y las setas ligeramente. Unos 5 minutos a fuego medio, salpimentamos y le ponemos una pizca de nuez moscada recién rallada.
Por otro lado hemos batido las yemas hasta el punto de nieve, añadimos la nata, y batimos suavemente de abajo arriba con la varilla para mezclar bien, añadimos las yemas ahora y las rompemos, no hace falta batirlas solo mezclarlas. Añadimos los quesos dejando la mitad de las cantidades para el final. Mezclamos y lo añadimos todo a la sartén con el resto de ingredientes. Cocinamos un minuto.

Añadimos al molde ya horneado con la pasta quebrada todo, añadiendo el resto del queso por encima. Lo metemos al horno precalentado a 150 grados por un tiempo de 25 a 30 minutos. Veremos cómo se doran los bordes y el centro. Será justo el momento de sacarla.
Presentamos en una bandeja de cristal acompañada de unas hojas de perejil o cebollino.
Esta Quiche la podemos hacer con cualquiera de los ingredientes que nos gusten. Desde el chorizo, jamón serrano, salamis, pescados como atún, caballa, salmón y carnes de cualquier tipo troceadas o picadas
Una delicia muy potente.

miércoles, 1 de octubre de 2014

Tortilla de setas y hongos



Las setas y hongos que hemos encontrado para esta tortilla, aunque lo parezca, no son tan difíciles de encontrar, bien, envasadas, o bien en sitios algo especializados las podéis encontrar. Pero en la temporada otoñal, que es la mejor para las setas y hongos podéis encontrar una gran variedad de ella. Un consejo, desistir de las cultivadas si podéis encontrar de las frescas o envasadas.
La Girola o seta de ostra, la Nameko, del sombrero naranja, Shiitake, o hongo del árbol, una delicia. La seta del arroz y la seta de cardo. Tan manchega.
En una sartén con una sola cucharada de aove, salteamos todas las setas, una pizca de sal, y le añadimos el cuajo de 6 huevos. Cocinamos y le damos la vuelta a la tortilla. Cuajamos al gusto y servimos adornando con cada una de las setas y hongos. Una hoja de perejil.
Es un bocado muy delicado, suave en boca, encontrareis los sabores de la tierra, de la humedad, del campo, alguna de ellas son tan delicadas que su casi gelatina resbalaran por el paladar. Disfrutar de este manjar.

Y otra cosa, estas setas y hongos, tal cual, a la plancha, bien lavados y secados antes, una pizca de sal, y una gota de AOVE, es una delicia que desde hace muchos años me enseñó mi padre en aquellos días de caza.