miércoles, 29 de octubre de 2014

Pisto manchego con yema de huevo



Esta receta es la típica del pisto manchego con su tomate, cebolla y pimientos. Pero creo que le he puesto un punto de altura a este clásico.
Para 4 personas, 2 kilos de tomates ya maduros, 4 pimientos rojos de esos cascudos, con carne, vaya, y dos buenas cebollas, si son de esas dulces de Figueras mejor. 4 yemas de huevo, sal, 4 cucharas de AOVE, 4 cucharadas soperas de azúcar.
Hemos asado los pimientos al horno, durante 1 hora a unos 160 grados, con unas gotas de aceite. Una vez asados, los hemos limpiado de pepitas y de piel, y recortamos con los dedos a tiras y reservamos, con todos sus jugos.
Por otro lado, en una sartén, con dos cucharadas de AOVE, freímos los tomates a fuego medio, a los que antes le hemos quitado la piel, con cualquiera de los procedimientos conocidos, con un cuchillo, puntilla, o bien escaldados en agua, sobre un minuto y luego al agua helada con dos cortes en el culo en cruz, se pelan de maravilla. Como los tiempos de cocción del tomate y la cebolla para mí son distintos, en otra sartén, y con otras dos cucharadas de AOVE, pochamos las cebollas, cortadas en juliana, a fuego muy flojo, a unos 80 grados máximo, que se cuezan en su propios jugos, sin sal ninguna, tenemos que dejarla transparente sin que lleguen a dorarse.
Por partes, tenemos la cebolla ya pochada, los pimientos reservados en tiras con sus jugos, y el tomate terminando de hacerse. Lo probamos, veremos que tiene un punto de acidez, salamos, y le añadimos las cucharadas de azúcar, seguimos cocinándolo añadiendo en este momento los pimientos y la cebolla. Cocinamos por 15 minutos más, probamos de nuevo, nos tiene que saber a un punto dulce, nunca ácido.

Presentamos en un plato y le añadimos en ese momento la yema de un huevo, ojo solo la yema, sin la clara, se cocinará lo justo con el calor del pisto, le añadimos una sal negra mineral. Le da ese punto que a muchos nos gusta en la yema.

No hay comentarios:

Publicar un comentario