Para
2 personas, hemos utilizado 3 puerros, una patata mediana, una cebolla dulce,
aceite de oliva virgen extra (AOVE), sal, pimienta, una pizca de nuez moscada recién
rallada, cebollino y un caldo de ave, un vaso de leche entera, (puede ser nata
liquida para cocinar)
Cortamos
la cebolla y la pochamos, en una cazuela, con una pizca de sal y una cucharada
de aceite, antes de que se se ponga transparente, le añadimos la parte blanca
de los puerros una vez limpios de tierra y cortados, las patatas cascadas en
trozos pequeños. Cocinamos hasta que se blanqueen, no queremos que tomen color
a tostado.
Añadimos
el caldo y cocinamos por tiempo de 10 a 15 minutos en función del tamaño de las
patatas. Trituramos y colamos para que no queden ninguna hebra de los puerros. Rectificamos
de sal, pimienta y la nuez moscada. Añadimos
en este momento la leche, dejando una textura entre sopa y crema. Atemperamos y
enfriamos posteriormente en el frigorífico.
Presentamos
en plato hondo, muy fría, con el cebollino recién cortado y un chorreón de
leche.
La
historia de esta crema es muy curiosa, se la atribuyen Franceses y Estadounidenses,
pero en esta guerra no entro.
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