Un
poco de historia sobre esta delicadeza. Es una receta que me descubrió mi amigo
Pepe de la Cafetería JJ, y la verdad fue una gran sorpresa.
En
estos días de la feria de Murcia de este año 2.014, he visto varias
presentaciones de buñuelos de chocolate, de paparajotes de chocolate, y visto
lo visto, creo que esta empanadilla merece la pena descubrirla también.
Tendremos
unas obleas típicas de empanadillas, en este caso hemos empleado de la marca La
Cocinera, son las mas corrientes y de buena calidad, en su tamaño pequeño.
Para
el relleno hemos empleado la socorrida Nocilla que tanto nos gusta a muchos. La
hemos tenido en el frigorífico un par de horas para que su consistencia
adquiera una textura que podamos manejar con un par de cucharas y así formar
unas bolas ovaladas, las que pondremos en una lamina de papel de aluminio y al
congelador por un tiempo de más de cuatro horas, tenemos que tenerlas congeladas por
completo, como una piedra.
En
cada una de las obleas, colocamos en una mitad la Nocilla congelada, y cerramos
la otra mitad sobre ella, y la pisamos con las puntas de un tenedor, como
siempre hemos hecho con las típicas empanadillas.
En
una sartén pequeña, porque las haremos de una en una, y con abundante aceite a
una temperatura alta, 180 grados, meteremos la empanadilla, no más de 10
segundos por cada lado, sacándola una vez doradas. Las colocamos en un plato con papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
Este
proceso de fritura es muy rápido, por lo que no le da tiempo al chocolate a
deshacerse.
Las presentamos con una pizca de canela por
encima y a comer rápidamente, tendremos en boca casi un helado de chocolate y
un crujiente por fuera, adornamos con unas hojas de menta o hierbabuena.
Hay
que comérselas para saber que delicadeza tiene esta empanadilla
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